I
Me puse a escribir de ti
sin saber qué escribiría.
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Me puse a escribir de ti
sin saber qué escribiría
sin saber qué escribiría
los renglones eran olas
y yo un barco a la deriva.
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y el blanco papel
y el blanco papel
un mar infinito
y mi pluma era un bajel
zozobrando en el escrito.
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De mi tormenta eres puerto
el faro que a mi me guía
el faro que a mi me guía
a la arena de tus playas
a la isla de mi «vía»
II
Me puse a pensar en tí
sin saber qué pensaría
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Me puse a pensar en tí
sin saber qué pensaría
sin saber qué pensaría
loco de tanto pensar
el pensamiento se iba.
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crudo laberinto
crudo laberinto
de mente perdida
solo seguía mi instinto
me arrastraba a la salida
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De mi huida eres encuentro
de mi cruce dirección
de mi cruce dirección
de la casa puerta abierta
el hogar de mi salón.
III
Me puse a soñar de ti
sin saber qué soñaría
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Me puse a soñar de ti
sin saber qué soñaría
sin saber qué soñaría
y soñé seguir soñando
que jamás despertaría
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Pliegues de tu aroma
pliegues de tu aroma
en blanca almohada
el alba que se desploma
tiempo que se quedo en nada.
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De mi insomnio eres el sueño
de mi pesadilla abrazo
de mi pesadilla abrazo
de mi noche la mañana
de mi descanso regazo.
IV
Me puse a vivir en ti
sin saber qué viviría
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Me puse a vivir en ti
sin saber qué viviría
sin saber qué viviría
no logré sobrevivir
no pude seguir tu vida
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Un día cualquiera
un día cualquiera
o solo un momento
y yo tan solo siquiera
pude perseguir tu encuentro
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Eres todo de mi vida
de mi amargura la risa
de mi amargura la risa
de mi frío eres calor
de mi calor fresca brisa.
