Ha fallecido Don Gonzalo Huesa, Consiliario de la Hermandad de Ronda

Esta pasada tarde ha muerto Don GONZALO, nuestro Consiliario. Ha muerto el día de la Inmaculada Concepción. Desde estas páginas de ROCIO.COM queremos dar nuestro más sentido pésame a su familia y a todas las personas y Hdades., de las que él era su Consiliario, que hoy sienten su perdida.
Es día de de luto en nuestra Hdad. Hoy, día 9 de diciembre, desde las 9 de la mañana estará su cuerpo presente en su querida Iglesia Mayor para que todos los rondeños podamos despedirle como se merece. A las cuatro de la tarde será su funeral y posterior entierro.

Como homenaje a su persona, ponemos algunas palabras de su libro » Que es el Rocío» y que resume el cariño y devoción que él tenía a Ntra. Sra.
(A continuación reseñamos el final de algunos capítulos)

«EL ROCIO es… un olé colectivo que, lanzado al aire por Andalucía, atraviesa valles y montes, campos y sierras, ríos y marismas, y, convertido en Salve, muere a los pies de la Blanca Paloma cuando se estrella contra las albas paredes de su Ermita.
EL ROCIO es… un retoño de mujer que duerme en su cama sonriendo feliz, porque tiene al cuello la medalla; y cuatro angelitos de esquina que lloran desconsolados porque, al no tener cuerpo, jamás podrán llevar al cuello la medalla del Rocío.
EL ROCIO es… ¡Cientos, miles, millones de besos de medallas peregrinas, besando a Vuestra Madre en las Carretas, en los Simpecados, en los Estandartes, en los Pechos Peregrinos del Rocío!
EL ROCíO es… un puñado enorme de hombres y mujeres que, habiendo sentido el toque rociero de Vuestra Madre, hacen de sus vidas, antes hueras y vacías, un compromiso auténtico de servicio a Vos, a Vuestra Madre y a la Sociedad
EL ROCIO es… un pueblo que se echa a la calle, o una mujer herida de muerte que se asoma a la ventana, para decir adiós a los Romeros que inician el Camino.
EL ROCIO es… cien carretas – de madera, de oro, de plata, da igual -, convertidas cada año en mujer, en templo y altar, que cifran su vida y su felicidad en pasarse 360 días del año soñando con poder cobijar y abrazar, durante una semana, el Simpecado de la Blanca Paloma.
EL ROCIO es… un enjambre inmenso de hombres y mujeres que peregrinan a la Ermita cumpliendo promesas; y unos bueyes, mansos y pacíficos, que desbordan de alegría llevando a Vuestra Madre, al paso que algún otro muere de pena porque un día lo condenaron a no llevar ya más al Simpecado del Rocío.
EL ROCIO es… un fuego divino de Acampada en el que arden al mismo tiempo, espiritualmente, los corazones peregrinos y, materialmente, los troncos de leña que cada año y en cada Acampada, bailan una inteligente y maravillosa danza del fuego en honor de Vuestra Madre del Rocío.
EL ROCIO es… unos ríos de poca agua y mucha alma y un humilde puente de madera que se llama El Ajolí y que sirve a los Romeros para unir la tierra del Camino con el cielo de la Ermita»
EL ROCIO es… una multitudinaria Comunión de los hombres con Vos en la Eucaristía y un parpadeante e inmenso abrazo de luz a Vuestra Madre en el Rosario de la noche de Pentecostés.
EL ROCIO es… un torrente inmenso y tumultuoso de dones, gracias, favores y milagros que durante todo el año, día a día, se escapan de las fuentes de Vuestro amor a los hombres y llega a ellos a través del corazón y de las manos de Vuestra Madre del Rocío, que se tira a la calle en Pentecostés a buscar a los que la necesitan.
EL ROCIO ES… ¡la paradoja de una aldea que en un abrir y cerrar de ojos ha pasado del multitudinario resplandor de la euforia a la oscura y amarga soledad del dolor, de la pena, del desgarro, del lamento y del sollozo¡

El Rocío es…
Después de cuanto os he dicho en mis informes, ¿cómo podría en una sola palabra deciros lo que es el Rocío? El Rocío no se dice. El Rocío no se describe. El Rocío no se define. El Rocío se intuye. Se siente. Se vive. Pero no se define.

¿Puede alguien decir lo que es la luz? Pues el Rocío es la luz. La luz de Andalucía.
¿Puede alguien decir lo que es la armonía? Pues el Rocío es la armonía. La armonía de los Hermanos devotos de la Blanca Paloma.
¿Puede alguien explicar lo que es la belleza? Pues el Rocío es la belleza. La belleza de nuestros mares y de nuestros ríos, de nuestros montes y de nuestros valles, de nuestros trigales y de nuestros olivares, de nuestros cielos y de nuestras tierras, fundidos todos en una alfombra de amor, tejida, hilo a hilo, hora a hora, por los amantes de Vuestra Madre, al caminar hacia la Ermita.
¿Puede alguien, en fin, decir lo que es el amor? Pues el Rocío es el amor. El amor hecho corazón de madres que sufren, de padres que sangran, de esposos que afanan, de esposas que recelan y lloran, de hijos que peligran, de novios que sueñan, de amigos que se ayudan, de Hermanos que se quieren. El Rocío es amor. Amor hecho corazón de hombre, corazón de mujer, que, heridos por la vida, a punto de romperse, de hacerse jirones, antes de estallar, acuden a los pies de Vuestra Madre, la Blanca Paloma, para que Ella solucione lo que sólo Vos y Ella podéis solucionar.

Soberano Señor: un día me enviasteis a la tierra para que averiguara lo que es el Rocío.
Y al final, después de tanto informar, tengo que reconocer, Señor, que tampoco yo sé decir en dos palabras qué es el Rocío.
Lo que sí os digo, Señor, y perdonadme, es que no me esperéis ya allá arriba. No pienso volver. Me quedo aquí. En el Rocío. Para vivirlo una y otra vez. Uno y otro año.

Porque EL ROCíO es una fusión genial de sentimientos humanos. Es una síntesis espléndida de ilusión y esperanza, de anhelo y posesión, de ansiedad y sosiego, de tristeza y consuelo, de sufrimiento y gozo, de enfermedad y salud, de soledad y compañía, de egoísmo y solidaridad, de abandono y acogida, de soberbia y humildad, de caída y resurrección, de pecado y perdón, de cansancio y descanso, de CAMINO y llegada.

EL ROCíO, Señor, es la vida misma, toda la vida humana que peregrina, una vez cada año, a los pies de la Blanca Paloma, para fundirse, purificada, en el abrazo blanco de las blancas paredes de su Ermita.
Yo me quedo aquí, Señor, en la Ermita. Junto a Ella. En el silencio y en la paz de todo el año. En el bullicio y el fervor de muchos días. Me quedo aquí y junto a Ella.

Porque al final, sin querer, os he mentido, Señor. Yo sí sé decir en una sola palabra qué es el Rocío.
Yo si sé resumir en una sola palabra lo que es el Rocío. Porque todos, todos los que, como yo, han hecho el Rocío, todos saben decir lo que es.

Y así, yo, Aléhí – Juyáh, os lo digo también a Vos:
Soberano Señor: ¿Que qué es el Rocío? ¡Ay, Señor, EL ROCIO es… ¡EL CIELO EN LA TIERRA!

Y en el cielo me quedo.»

Descanse en PAZ


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