| Mensaje : |
la primera vez que fuí a la aldea, me di cuenta del aire que se respira, eso es lo que te llevas cuando te vas, ese aire de fé y de amistad que te llena el alma todo el año, esa entrega "irracional", ese brillo en los ojos de todos cuando hablamos de ella. Yo, como ya sabeis, vivo lejos de andalucía,(donde es más habitual encontrarte a rocieros) y cuando eso sucede aquí en Madrid, es como si te encontraras con una amiga de la infancia o del colegio, hay algo que te une irresistiblemente que sólo los que comparten la fe pueden entender, abrir las puertas de tu casa en la aldea es abrir el corazón a la gente y transmitir, o intentarlo lo que llevas dentro, y recibir de los demás algo tan especial que no se puede describir con palabras. Gracias a todos por compartir nuestro camino, por ayudarme a caminar.
|